BUENOS AIRES.- En un año intensamente político, de grandes confrontaciones ideológicas y férreas estrategias legislativas se generaron trabas para el normal desarrollo de la actividad parlamentaria. Ningún sector político tuvo la capacidad de lograr las alianzas posibles para reunir la mayoría necesaria para cosechar victorias en el Congreso.
En este marco de cierta parálisis legislativa e impotencia opositora, el Gobierno nacional, a pesar de ser minoría en ambas cámaras, logró todos sus objetivos.
En primer lugar, no se sancionaron las decenas de leyes prometidas por el Grupo A (UCR, PRO, Coalición Cívica, PS, Proyecto Sur y Peronismo Federal).
Sólo una ley -82% móvil- se sancionó en contra de los deseos de la Presidencia, por lo que fue vetada. Además, se han debatido temas que no estaban en la agenda de la oposición ni de los medios de comunicación como declarar de interés público la producción y distribución de papel para diarios. Sin dudas, el objetivo principal de ese proyecto de ley como de algún otro -Reparto de Ganancias- no era ser sancionado sino provocar debates y alteraciones en "la agenda del terror" de la oposición, como la denomina el Frente para la Victoria.
En esta misma línea, se instaló el tratamiento del Presupuesto 2011, el cual no fue aprobado pero tampoco provocó una tempestad en Casa de Gobierno. En cambio, la falta de aprobación de la prórroga del impuesto a la venta de cigarrillos ha causado un dolor de cabeza al oficialismo que, podría convocar a extraordinarias para sancionar ese impuesto que significa aproximadamente $ 800 millones para la Anses. Quizás existieron varios proyectos del Ejecutivo que no han recibido su aprobación y si el oficialismo hubiera retenido su mayoría, en la actualidad serían ley.
Algunos de ellos son el nuevo régimen laboral para las amas de casa, la ley de quiebras y concursos, entre otros. El saldo es favorable para el oficialismo porque, además, la estadística del "Semanario Parlamentario" indica que el 51% de los proyectos que se convirtieron en ley son de la autoría del PEN. Es decir, de las 61 leyes sancionadas este año, según el Índice de Calidad Legislativa, 31 proyectos fueron presentados por el Gobierno; 16 corresponden al oficialismo; siete fueron iniciativas de legisladores aliados a la Casa Rosada; mientras que sólo siete fueron proyectos impulsados por todo el arco opositor, lo que sorprende porque son la mayoría en ambas cámaras. (Especial)